"Señorías, ni debate ni estado ni nación". Con este juego de palabras se estrenó el líder de Vox, Santiago Abascal, como orador en el Debate sobre el estado de la Nación, escenario que empleó para desdeñar todas las medidas económicas anunciadas por el presidente Pedro Sánchez, ya que las considera "sobornos con la excusa de garantizar la paz social" y con las que el Ejecutivo va a llevar al país "a la ruina" y a las "cartillas de racionamiento".

"Ha anunciado medidas para recabar 1.500 millones adicionales y a los 20 minutos ha provocado pérdidas para los pequeños ahorradores y un espanto a los inversores por valor de 6000 millones", le reprochó Abascal al presidente en alusión a la bajada en Bolsa de algunas compañías como  reacción a los dos nuevos impuestos especiales que había notificado previamente para limitar los "beneficios extraordinarios" de los grandes bancos y las principales empresas energéticas durante los próximos dos años. "Cuando habla sube el pan", le repitió socarrón en varias momentos de su discurso. 

Ya desde la mañana de este martes, el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, adelantaba en rueda de prensa que su partido presentaría un rechazo global a la gestión del Ejecutivo, además de otras catorce propuestas de resolución. Por la tarde, en los 30 minutos con los que contó Abascal para interpelar al presidente del Gobierno, la cabeza de Vox le confesó a Sánchez que bastaría con que atendiera a una sola: "La de que se marche".

Aunque Abascal también tuvo tiempo para tirar de las orejas a la bancada del PP. Después de saludar la presencia de su líder, Alberto Núñez Feijóo, lamentó que el PP no sea muy amigo de los debates, sobre todo, de aquellos que tildó de "prohibidos". Ejemplo de ellos es, para Abascal, la ley trans. Una cuestión que, a su juicio, los populares consideran "estéril", pero que permite a “un niño sin la madurez suficiente” tomar decisiones que llevarán a "hormonarle y mutilarle". Después, "acabará denunciando a los gobiernos que lo propiciaron y tendrán que ser responsables personales con su patrimonio de las indemnizaciones que ya están siendo reclamadas en otros países", vaticinó.

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Y después de la de arena, vino la de cal. "Quiero felicitar al PP por haber cumplido su acuerdo de Gobierno [en Castilla y León] al recortar gastos superfluos y dedicarlos a lo importante. Les animo a que sigan este mismo rumbo en otras instituciones", celebró Abascal ante la atenta mirada del vicepresidente de esta comunidad, Juan García-Gallardo. "Les animo a que dejen de obstaculizar la derogación de la ley de memoria histórica y sustituirla por una ley de concordia tal y como estaba pactado", agregó frente a un Feijóo menos complaciente. 

Por lo demás, Abascal centró buena parte de su discurso en censurar las políticas del Gobierno de coalición y aseguró que su intención es derogar "toda la porquería legislativa extremista" e "ilegalidades separatistas" que, en su opinión, ha aprobado el Ejecutivo. Desde la ley trans hasta la ley de memoria democrática, pasando por la ley de "promoción brutal del aborto", la ley de eutanasia, las leyes de "rapiña fiscal", la ley de reforma educativa o de "suicidio climático", enumeró.

Abascal también hizo un alto en su discurso para ahondar en su tesis negacionista del cambio climático al cuestionar a la Cámara Baja: "¿Nadie tiene la honradez de preguntarse por qué los discursos más enloquecidos del fanatismo climático que hemos oído en esta tribuna son los mismos que les oímos a los grandes banqueros, CEOS de las grandes multinacionales y grandes fondos de inversión?”. Y dedicó otro espacio a la ley de memoria democrática, que catalogó de “grave error” y lamentó que fuera a convertirse en la “ley de memoria etarra”, por haber sido pactada con EH Bildu.

"Más allá de las manos nada blancas con quien pacta este Gobierno, ¿cree que profanar tumbas es la labor de un Gobierno? ¿Requiere, para mantener sus mayorías, conceder cualquier cosa y que no se hable de lo que interesa a la mayoría de los españoles?", inquirió.

Sánchez ironiza: "¿De qué museo sale usted?"

En su turno de réplica, el presidente del Gobierno se fajó en dejar en evidencia a Vox, un partido cuya única "medida es pedir que me marche", dijo. "Más allá de eso no hay mucho más", lamentó Sánchez antes de reprochar a los de Abascal "que rechacen el impuesto extraordinario a la banca y a las empresas energéticas". "A consecuencia del cambio de política del BCE, los dividendos de las entidades financieras son extraordinarios", argumentó, para expresar lo extraño que le resulta que "un partido que se dice obrero se oponga a poner un impuesto a la banca".

Respecto a las últimas consideraciones de Abascal sobre la exhumación de Franco o la ley trans, Sánchez preguntó a Abascal con tono burlesco: "¿De qué museo sale usted?". Además, se congratuló del recién celebrado Orgullo LGTBI y opinó que por postulados como los de Vox merece la pena seguir reivindicándolo. Por último, pidió devolver a todos los de Vox "al armario" del que, sentenció, "nunca deberían haber salido".